Prefiero las toallitas a los pañuelos aunque estos sean más tradicionales y hasta diplomáticos. Las pequeñas toallas son más funcionales y prácticas para el secado o como elemento acompañante en el vestir del día a día.
Pero no es de eso que voy a comentar sino del precio de las toallitas. No es excesivo ni nada por el estilo, sino lo inusual. En la atelier Nueva Creación en Avenida General Marrero, esas piezas muestran un precio de siete pesos y 71 centavos, algo que se había alejado de nuestra realidad en las tablillas de precios y que al parecer es un cabo para el rescate de los olvidados quilos o centavos.
En otros países es normal encontrar un producto o un servicio que cueste pesos y centavos pero en Cuba habíamos perdido la tradición o la necesidad. Casi todos los precios se estaban cerrando ya ni las pesetas se empleaban, algo nefasto para la economía personal y global.