sábado, 17 de noviembre de 2012

La crónica que no escribí.


La madrugada que Banes iba a recibir el huracán Sandy estaba en la Habana. Pero hubiese querido estar aquí recibiendo el capricho de la naturaleza en mi Banes querido. Pese a los vientos y al siempre latente peligro quería estar junto a mis hijos, mirando el techo y a las paredes como si pudiese aguantarlos en caso de que colapsaran.