La vida viene a ser una eterna
encrucijada con ofrecimientos y opciones que casi siempre te permiten solo lo
uno o lo otro. Según los niños es la luz quien interrumpe los sueños pues estos
mueren cuando abres los ojos, pero gracias al despertar destruimos a las
pesadillas. Entonces abrir los ojos no siempre es malo.
Siendo más poético, al buscar rosas podemos no tener ojos para las
violetas y al buscar la victoria, podemos dejar pasar de largo a la alegría. ¿Y
por qué no poder ver ambas cosas? ¿Están las limitaciones colocadas como vallas
afuera o las imponemos nosotros con la mente fija en un solo objetivo?