jueves, 15 de junio de 2017

Radio Reloj festeja 70 años de primera salida al aire .


Radio Reloj festeja 70 años de primera salida al aire
En este artículo: Cuba Cultura Sociedad
Radio Reloj, la única emisora cubana que transmite las noticias y la hora cada minuto, durante las 24 horas del día, completamente en vivo, celebrará el próximo 1ro de julio su aniversario 70.

Para los que llevamos 30 años y más en esta estación, parecería un largo viaje en el tiempo, en ocasiones sientes que estas en una nueva emisora, donde la máquina de escribir fue sustituida por computadoras, los locutores leen en telepronter, resulta un lugar donde los más jóvenes trabajan en conjunto con los de mayor experiencia, señaló mediante un comunicado de prensa, Omaida Alonso, directora general de Radio Reloj.

El primero de julio de 1947 penetró por primera vez la señal de Reloj en el éter y en el corazón de los cubanos, desde un local ubicado en la azotea de la calle Monte esquina Prado, destacó.

El peculiar estilo radiofónico nuestro obliga al empleo de la síntesis, mayor nivel de información, conocimiento y creatividad como parte de una rutina productiva bien estructurada y pensada por el equipo de dirección y nuestros periodistas, añadió.

Además subrayó que Radio Reloj en sus 70 cumpleaños se rejuvenece, y en la era digital tiene el gran reto de continuar en la preferencia del pueblo cubano.

Idania Legrá, subdirectora de información, adelantó que están organizando el acto central y se realizará un encuentro generacional donde los jóvenes podrán intercambiar con los trabajadores de mayor experiencias en Radio Reloj medio que hace 29 años ha alcanzado de forma consecutiva la condición de Vanguardia Nacional.

(Con información de Agencia Cubana de Noticias)

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Marcha atrás de relaciones de EE.UU. hacia Cuba tendría saldos negativos .

Marcha atrás de relaciones de EE.UU. hacia Cuba tendría saldos negativos.
En este artículo: Cuba EE.UU Sociedad Política
James Williams, titular de la coalición Engage Cuba. Foto: Tomada de Prensa Latina
Mientras los reportes de prensa siguen apuntando a que el presidente Donald Trump revertirá el acercamiento a Cuba, una conclusión está presente en casi todos los análisis: dar marcha atrás a la apertura tendría demasiados saldos negativos.

Así lo considera el titular de la coalición Engage Cuba, James Williams, quien manifestó que un desmontaje de las políticas implementadas a partir de la administración de Barack Obama (2009-2017) sería malo para los pueblos estadounidense y cubano, y para el propio jefe de la Casa Blanca.

Si la política se revierte, la comunidad empresarial norteamericana puede perder significativamente, sobre todo en el tema del comercio, expresó en entrevista con Prensa Latina.

Williams, cuya organización promueve en círculos políticos y empresariales el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla, resaltó los resultados de un reporte que elaboró recientemente Engage Cuba junto a otras agrupaciones, economistas y expertos.

Tal informe refirió que cambiar el rumbo del proceso con la nación caribeña costaría a la economía de Estados Unidos seis mil 600 millones de dólares y más de 12 mil puestos de trabajo, en áreas como las del alojamiento y turismo, agricultura, manufactura y comercio, entre otras.

Ante ese tipo de pronósticos, llamó la atención sobre el hecho de que si bien Trump se dice un presidente interesado en promover el empleo y quitar regulaciones que frenen el crecimiento, una reversión con Cuba sería lo opuesto a eso.

Por lo tanto, no sería Estados Unidos primero, como defiende el gobernante, sino último, expresó el titular.

En el diálogo se refirió a una encuesta divulgada esta semana según la cual el 65 por ciento de los norteamericanos quiere que la apertura continúe.

Incluso, subrayó, el 64 por ciento de los votantes republicanos también está a favor de avanzar con las medidas de los últimos años, las respaldan dos tercios de su partido, y el presidente igual pretende deshacerlas, apuntó.

De acuerdo con Williams, esa regresión ni siquiera es apoyada por los cubanoamericanos en el sureño estado de Florida, pues los sondeos más recientes mostraron que el 63 por ciento de los radicados en el condado de Miami-Dade se oponen al bloqueo.

'Entonces se trata de algo que va en contra de la comunidad empresarial, del deseo de republicanos, independientes y demócratas, de los cubanoamericanos, de la mayoría del Senado; la única conclusión es que hay algo más que está sucediendo, algún tipo de comercio político entre bastidores', afirmó.

Señaló que aún no se saben los detalles del anuncio que se espera para mañana en Miami, pero pueden sacarse algunas conclusiones de hacia dónde estará dirigido por tratarse de un plan influenciado por el senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz-Balart.

A decir del titular de Engage Cuba, pareciera que ambos legisladores le vendieron a Trump la historia de que la reversión le gustará a la gente, 'pero creo que su equipo se está dando cuenta de que no será el caso'.

El número de personas que quiere continuar el acercamiento, en comparación con quienes desean echarlo atrás, muestra casi una proporción de 100 a uno, estimó Williams, quien agregó que esa no es una buena posición para estar como político.

Sobre la probable repercusión del anuncio, manifestó que corresponde esperar por los detalles, los cuales pueden incluir más restricciones a los viajes de los estadounidenses a Cuba, nuevas limitaciones comerciales, o cuestiones que vayan desde el envío de remesas hasta la agricultura.

No sabemos cuán severo y abarcador resultará, añadió el presidente de la coalición, quien indicó, asimismo, la posibilidad de que el discurso de mañana sea más bien un paso retórico que cambios regulatorios concretos.

Pero advirtió que Rubio y Díaz-Balart deben estar presionando muy fuertemente a la Casa Blanca para que no sea solo un acto simbólico, sino que traiga medidas específicas.

Interrogado acerca del impacto que esta cuestión podría tener en el Capitolio, donde se han introducido varios proyectos de ley sobre los viajes y el comercio con el territorio antillano, Williams estimó que, por un lado, podría envalentonar a algunos legisladores.

Muchos miembros del Congreso sienten que sus voces no se escucharon en el proceso de revisión de la política hacia Cuba, sentimos el enojo de republicanos que piensan que la Casa Blanca no los tomó en cuenta, quizás eso los motivaría más a presionar y querer avances.

Pero también se refirió a la posibilidad de un efecto de enfriamiento en otros legisladores que no quieran estar en contra de la administración.

En torno a lo que vendría tras el anuncio, adelantó que Engage Cuba analizará las regulaciones concretas a adoptar en lugares como los Departamentos del Tesoro y Comercio, y tratará de sumar expertos a esas negociaciones, para que los criterios de los interesados puedan escucharse.

Apuntó que ese proceso de retroalimentación será vital durante las próximas semanas, y dijo que continuarán el trabajo en los estados, donde ha habido un respaldo creciente en todas partes, 'desde Michigan hasta California, Idaho, Arkansas o Texas'.

Según Williams, las personas están deseosas de que el acercamiento continúe, excitadas por las oportunidades que trae, y lo que pueda suceder este viernes es un llamado a redoblar los esfuerzos.
 

Estados Unidos tiene la palabra para mejorar relaciones con Cuba .

Estados Unidos tiene la palabra para mejorar relaciones con Cuba.
Este viernes, 16 de junio, el Sr. Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, dará a conocer en Miami su política hacia Cuba. Aunque la abrumadora mayoría de los estadounidenses considera que lo más provechoso sería mejorar las relaciones entre ambos países, poder viajar libremente e incluso, hay importantes pronunciamientos contra el obsoleto el bloqueo impuesto hace más de medio siglo y por la salida de la Base Naval, de Guantánamo, cuando el mandatario escogió a Miami para hacer pública su posición, cualquier cosa puede suceder.

Ojalá que Trump respete y continúe la política de su antecesor, Barack Obama, pero considero importante, en este momento preciso, hacer un poco de historia sobre las encontradas relaciones entre ambos países vecinos.

Desde antes de surgir como nación, con la independencia de las 13 Colonias inglesas el 4 de julio de 1776, prominentes figuras políticas de Estados Unidos (EEUU) expresaban sus anhelos de anexar a Cuba y otras islas caribeñas a la futura potencia imperial. ¿Ejemplo?, John Adams, quien llegó a ser el segundo presidente del norteño país y tres años antes de la independencia, es decir, el 23 de junio de 1773 se refería en una carta a estas islas como “apéndices naturales del continente americano” y apuntaba: “es casi imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a nuestra Federal, será indispensable para la continuación de la Unión”.

El propio Adams dejó bien claras las ansias expansionistas de la Unión cuando exigió en 1778 la conquista de Canadá, Nueva Escocia y Florida, manifestando en aquel momento: "Nuestra posición no será nunca sólida hasta que Gran Bretaña nos ceda lo que la naturaleza nos destinó a nosotros o hasta que nosotros mismos le arranquemos esas posiciones”.

Era la doctrina del “derecho natural”, contenido en la Declaración de Independencia y que sirvió para justificar su carrera expansionista iniciada en septiembre de 1783, durante las conversaciones de paz con Inglaterra, cuando EEUU, además de su interés por Cuba y los territorios mencionados anteriormente, insistió en negociar los de Canadá y los comprendidos entre los Montes Apalaches y el Río Mississippi.

Las históricas ansias de posicionarse de Cuba responden a la estratégica posición geográfica del archipiélago para ampliar su sistema defensivo; por su clima, fertilidad del suelo, los importantes recursos naturales que posee y por las diversas vías de comunicación marítima.


En 1787, Alexander Hamilton, Primer secretario del tesoro estadounidense, sugería que su país creara un gran sistema americano, superior a toda fuerza e influencia trasatlántica, para lo cual recomendaba la creación de un imperio continental americano, incluyendo la unión de otros territorios que aún mantenían su status colonial. Por supuesto, Cuba debía formar parte de dichos planes expansionistas.

Thomas Jefferson, tercer Presidente de los Estados Unidos, emitió sus primeras declaraciones oficiales sobre el interés de apoderarse de Cuba, en una nota enviada en 1805 al ministro de Inglaterra en Washington: "En caso de guerra entre Inglaterra y España, los Estados Unidos se apoderaría de Cuba, por necesidades estratégicas para la defensa de Lousiana y la Florida”.

Cinco años después, estando James Madison como presidente, llegó a Cuba un agente especial con la encomienda de conspirar con elementos anexionistas, al tiempo que el propio mandatario orientó a su ministro en Londres, que pusiera en conocimiento de aquella administración lo siguiente:
"La posición de Cuba da a Estados Unidos un interés tan profundo en el destino de esa isla, que aunque pudieran permanecer inactivos, no podrían ser espectadores satisfechos de su caída en poder de cualquier gobierno europeo que pudiera hacer de esa posición un punto de apoyo contra el comercio y la seguridad de Estados Unidos".

Súmele que el 28 de abril de 1823, el entonces secretario de Estado norteamericano John Quincy Adams, luego presidente de los Estados Unidos, lanzó a la publicidad el término del fatalismo geográfico cubano con su doctrina de "la fruta madura" o "espera paciente", basado en que “...hay leyes de gravitación política como las hay de gravitación física y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba, una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, e incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana y hacia ella exclusivamente, mientras que a la Unión misma, en virtud de la propia ley, le será imposible dejar de admitirla en su seno.

“No hay territorio extranjero que pueda compararse para los Estados Unidos como la Isla de Cuba. Esas islas de Cuba y Puerto Rico, por su posición local, son apéndices del Continente Americano, y una de ellas, Cuba, casi a la vista de nuestras costas, ha venido a ser de trascendental importancia para los intereses políticos y comerciales de nuestra Unión”.

Días después, el presidente James Monroe al expresar su apoyo a la idea, afirmaba que "agregar a Cuba era lo que necesitaban los Estados Unidos, para que la nación americana alcanzara el mayor grado de interés... Siempre la miré como la adquisición más interesante para nuestro sistema de Estado". La Doctrina Monroe, basada también en el fatalismo geográfico, era un instrumento geopolítico que advertía a las potencias europeas no intentar “meter sus manos” en América. Esa advertencia intentaba además, eliminar las ventajas comerciales inglesas en el continente.

Estados Unidos utilizó muchas maneras para apropiarse de Cuba, pasando por el intento de comprar la isla en 1848, 1853, 1861, 1869 y 1897; el respaldo al desembarco del anexionista Narciso López en 1850; el reclamo de su “autonomía e independencia”; y como todos los intentos resultaron fallidos, ambas cámaras del Congreso aprobaron una Resolución Conjunta para intervenir al final del conflicto entre Cuba y España.

Según el citado documento, Estados Unidos “liberaría” a Cuba de España y se retiraría cuando existieran las garantías de un gobierno estable. El pretexto para la declaración de guerra fue la explosión del acorazado Maine, en la Bahía de La Habana, el 15 de febrero de 1898.

Intervino EEUU, se apropió de la victoria, dejó a un lado al Ejército Libertador y ocupó militarmente la isla de 1899 a 1902, pues, con la firma del Tratado de París, Cuba dejaba de ser colonia española y el vecino país se salía con las suyas, iniciando, con su presencia directa, un período de transición, que culminaría con la instauración de la República Mediatizada, cuyas libertades quedaron reguladas por la Enmienda Platt, que definirían las relaciones entre ambos países.

Basándose en dicha regulación, EEUU abrió en 1903 la Base Naval en Guantánamo y volvió a intervenir en la isla en 1906, 1909 y 1912; y como los gobiernos de turno respondían a sus intereses, se les permitía a marines yanquis ultrajar la dignidad del pueblo cubano, como hicieron el 11 de marzo de 1949 con la estatua de José Martí, en La Habana.

Cuando triunfa la Revolución, el 1ro. de enero de 1959, Estados Unidos arreció los embates contra Cuba, alentando y armando a grupos de bandidos y terroristas e intentando asesinar a Fidel en más de 600 ocasiones, incluyendo el plan magnicida del Paraninfo de la Universidad de Panamá; además de la agresión mercenaria, mucho antes, en 1961, por Playa Girón, organizada y financiada por Estados Unidos.

También Cuba recuerda los frecuentes secuestros de naves aéreas y marítimas, la voladura en pleno vuelo del avión, en Barbados, con 73 personas a bordo, en 1976, entre muchos otros atentados a embajadas y a objetivos económicos. Pues resulta imposible olvidar las bombas que explotaron en varios hoteles de La Habana, en uno de cuyos actos terroristas perdió la vida el joven italiano Fabio Di Celmo (1997).

En 1962, durante la Crisis de Octubre o de los Misiles, Estados Unidos estaba listo para atacar a toda Cuba con agentes incapacitantes, como parte de un ataque biológico que afectaría a millones de personas. Ya en 1961 había iniciado la infame “Operación Mangosta”, mediante la cual, la CIA se propuso causar enfermedades a los cañeros-azucareros, con químicos que debían ser esparcidos en los cañaverales.

También sufrimos en Cuba la introducción de enfermedades, como el dengue hemorrágico, contraído por 273 mil personas y murieron 158, de los cuales 101 eran niños. De la misma manera procedieron contra las crianzas aviar, vacuna y porcina, así como con plantaciones de tabaco, café y plátano.

Como a pesar de todo lo malévolamente realizado, no pudieron lograr sus propósitos, reforzaron el bloqueo, aprobando nuevas leyes, como la Torricelli (1993) y Helms Burton (1996); la de Ajuste Cubano, para estimular la emigración ilegal; y a las tradicionales agresiones de todo tipo, campañas difamatorias y presiones en organismos y eventos internacionales, Estados Unidos sumó sus transmisiones piratas de las mal llamadas Radio Martí (1985) y TV Martí.

Los cubanos aplaudimos el intento de normalizar las relaciones con Estados Unidos, gracias a las gestiones de Raúl Castro y Barack Obama, pero conociendo la historia vivida con el vecino del norte, distantes a solo 90 millas de esta perla de las Antillas, aplaudimos, pero no cerramos los ojos completamente, porque cualquier cosa puede suceder.

Solo resta esperar cómo reaccionará el actual presidente norteamericano respecto a nuestro país y reitero que la abrumadora mayoría de los estadounidenses está a favor de la normalización de las relaciones, y entre tantas otras cosas, poder visitarnos para intercambiar, conocer la realidad cubana y disfrutar las opciones turísticas que brinda un país en el que se predomina la paz.